AVISO IMPORTANTE

El blog es de contenido adulto, eso no significa que no haya obras para todos los públicos, que las hay. Pero en su mayoría es más fácil encontrarse con algo que sea adulto. Para ello está el apartado de "ETIQUETAS" en las que el blog se divide dependiendo de la temática de lo publicado. Es tan sencillo como que: si no te gusta algo no te maltrates a ti mismo y no lo leas. Todo comentario fuera de sitio, de mal gusto o contra mi persona será eliminado sin aviso previo.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Gominolas, Sexo y Rock & Roll 4



-Por mí tampoco hay problema, en cuanto las tenga terminadas las iré trayendo, aunque a Dan no se las pasaré hasta que sepamos que ha aprobado.

-Como os pasáis- se quejó el aludido

-Está bien, -terminó Al- pues entonces yo os informo de las fechas que vayan saliendo, es posible que nos metamos en Agosto y principios de Septiembre si seguimos con esta rachilla. ¿No hay problema si se alarga?- miraba especialmente a Karina

-Para nada, la peque no empieza hasta mediados de Septiembre y no nos vamos tampoco muy lejos ¿verdad? No hay problema.

Después de las fechas vinieron las canciones, era difícil escoger, pero se decantaron por algunas nuevas y esas que habían quedado en el olvido y aprovechar para vender o regalar algunas maquetas recopilatorios de los últimos años.

Sobre las 10 se ponían de camino a sus respectivas casas, Karina preparó la cena mientras Naia esperaba el “juicio” de sus deberes por parte de Noah y tras la cena ella marchó en seguida a dormir.

A la mañana siguiente Noah se levantó para hacerles el desayuno a las mujeres mientras Karina guerreaba porque Naia no se quedara dormida mientras se vestía, desayunaron y se marcharon ambas. Karina se iría directa al trabajo, Noah se quedó planificando su clase para ese día y de camino, de nuevo en el autobús fue cuando encontró a ese hombre caminando en la calle, por unos segundo lo miró hasta que el autobús se alejó lo suficiente para perderle la pista. Cuando se giró se dio cuenta de lo había echo y se odió a sí mismo por tal reacción. No estaba acostumbrado a esa sensación de inquietud.

-Ey Noah buenos días, ¿te has enterado?- dijo uno de sus alumnos nada más llegar.

-¿De qué?- preguntó

-Se dice que ha aparecido una tía buenísima en la zona de fiesta que se está ligando a quién quiere y provocando peleas, ya sabes una guarrilla de esas.

-No me digas…- dijo casualmente de espaldas sabiendo perfectamente a qué guarra se refería.

-Te lo digo porque tienes pinta de ser uno de esos tíos que pilla cacho en las discotecas, ten cuidado, tío, te necesitamos con vida- le dijo dándole una palmada en la espalda.

-Gracias por el aviso…-dijo omitiendo la segunda parte: “aunque un poco tarde”

Tras la clase había decidido pasarse por el supermercado y comprar algunas cosas como leche y agua para evitar peso demás. Cuando llegó la comida ya estaba lista y ambas estaban terminando de poner la mesa. Después acompañaron a la pequeña al colegio e hicieron la compra, la llevaron a casa y volvieron para recogerla del colegio.

De camino Naia se encaprichó con unas golosinas, Karina miró a Noah intentando buscar una respuesta, no obstante fue él quién dijo que estaba bien siempre y cuando no fueran demasiadas. Karina se acercó a él para regañarlo en voz baja mientras la pequeña corría hacia la entrada.

-Vamos Karina, no come chucherías todos los días, si quiera todos los meses, un poco no le va ha hacer daño.

-La mimas demasiado… Búscate una novia, ten hijos y quítate el mono…

-Si me voy de casa tendrás que cuidar tú sola a la niña, no te quejes tanto…- dijo mientras entraban a la tienda. Pero fue cuestión de segundos que Noah dirigiera la mirada a esa voz que provenía del dependiente… Se paralizó por unos segundos.

-Siempre puedo…- hizo una pausa- ¿qué pasa?- viendo que su atención se había centrado en el dependiente.

-Nada…

-Naia, te estoy viendo no pidas demasiado, luego se ponen malas en casa.

-Sí…- dijo alargando la vocal

-Bienvenidos- hizo una pausa y se quedó mirando a Noah. Era un rostro difícil de explicar- Hola…- dijo dirigiéndose a Noah y mirando a Karina volvió al mostrador. -¿Puedo ayudarla?

-No se preocupe es la niña- respondió con una sonrisa y acercándose para controlar y ayudarla con las golosinas.

-Me dijiste que no tenías novia- dijo el dependiente en voz baja cuando Noah se acercó al mostrador

-Y no tengo… ¿Acaso te importa?- dijo girándose para ver a madre e hija

-Perdone- interrumpió Karina- ¿va a peso o cada unidad tiene un precio?

-Va por unidad, el precio está en las cajas

-Ah sí… Gracias

-¿Qué haces aquí?- le preguntó Noah atrayendo de nuevo su atención

-Trabajo aquí. ¿Esa niña y esa mujer quienes son?

-No tienen ninguna relación conmigo más que amistad. Lo demás no te importa de hecho, dudo hasta que te importa.

-Qué frío… ¿Este sábado volverás? ¿Sigues interesado en esa furcia?

-No. Aquello empezó por ella, no esperes lo mismo de mí otra vez.

-¿No a qué?

-Señor, esto es todo- interrumpió esta vez Naia- ¿Cuánto es?

-Noah ¿tú quieres alguna, son caseras y están muy ricas?

martes, 25 de septiembre de 2012

¿Qué quieres cenar?


Era una de esas noches en las que se reunían para ver algo juntas, esta vez habían decidido ver una película de crítica aceptable y romance. Relucía la excusa de quedar para verse más que las ganas de ver aquella película. Ambas estaban pasando una temporada sin novio ni compromiso alguno.  Sí, sin “compromiso”.
Aceptarlo sería algo muy extraño, pero desde hacía unas semanas se habían dado cuenta que entre ellas había mucho más que una amistad; se había forjado sin darse cuenta una relación muy sincera entendiéndose muy bien entre ambas.

Laya, de cabello moreno y piel clara, junto a Evelyn de cabellos marrón rojizo y de piel un poco más oscura estaban preparando unas palomitas y acondicionando la habitación para estar cómodas.

-¿Prefieres que cenemos primero y luego ya nos comemos las palomitas?- dijo Evelyn

-Me da igual, al final van a sobrar palomitas como siempre.- Laya ya estaba frente al televisor

-Bueno luego si tenemos hambre ya hacemos algo…- sentenció la primera caminando hacia el sofá-cama que habían abierto para estar más cómodas.

En seguida se repartieron el aperitivo y le dieron al play para que empezara la película. Cómo pensaban,  la película no era una cosa del otro mundo pero las palomitas se estaban acabando y parecía que ambas se habían quedado con hambre, pero se acabaron centrando en la película olvidándose de la comida.

Se dedicaban a comentar la película, fallos e incoherencias de traducción, era más divertido que simplemente escuchar diálogos y algún leve rugir de tripas.

-Esos dos no se quieren, tú nunca harías algo así si estuvieras enamorada.- Comentó Evelyn

-Mi situación es diferente, yo llevo tiempo sin salir con nadie- respondió Laya

-Pero tú nunca te liarías con otro delante de mí

-Eso es verdad.- terminó Laya

Una vez terminada aquella película estaba claro que las palomitas no habían sido suficientes, mientras Laya quitaba el DVD y buscaba algo decente en la televisión, buscaba algo de música en el iPod Evelyn se levantó decidida y preguntó que qué le apetecía para cenar

-Lo que quieras, todo lo que haces está siempre bueno…- como estaba pendiente del aparato seguramente Laya no sabía lo que había dicho, pero para Evelyn sí había sido algo importante. Se encaminó hacia la cocina y se puso a pensar en los comentarios durante la película.

-¡Cómo no te des prisa en hacer algo rápido me voy a comer hasta las sábanas… me muero de hambre!- gritó Laya

-Cállate puta, ven y ayúdame a ver qué quieres comer.

-¡Conejo!- le gritó de nuevo riéndose siguiendo aquella provocación.

Evelyn sentía como un calor empezaba a subírsele a la cabeza y sin darse cuenta estaba intentando tranquilizarse y pensar que todo no era más que una broma.

-¿Qué haces?- dijo Laya asomándose por la cocina

-Nada, estoy intentando tranquilizarme, ¿vale? No puedes ir por ahí provocándome así.- le explicaba Evelyn mientras sostenía un cuchillo en la mano derecha.

-Mientras piensas y no piensas me llevo unas pocas palomitas más.- dijo Laya mientras se las comía con cierta picardía y le guiñaba un ojo.

Sabía perfectamente que estaba provocando de más a su amiga. Cuando llegó de nuevo frente a la tele repasó las conversaciones que habían tenido, lo que le hizo pensar que eso la pondría muy nerviosa y qué seguramente ya estaba en ese punto en el que tenía que desahogarse… y Laya también quería acabar con aquella estúpida tensión sin resolver que estaban teniendo desde hacía tiempo.

Laya entró de nuevo en la cocina, dejó a un lado el bol dónde llevaba las palomitas y se quedó tras ella, se acercó sinuosa viendo que ni siquiera había sacado aun nada de la nevera, se apoyó en la encimera y sin previo aviso la morena empezó a besar en el cuello a Evelyn.

-No juegues conmigo…- dijo Evelyn intentando resistirse

-No lo estoy haciendo…

Laya desvió sus manos, mientras seguía presionando a Evelyn en la encimera, metió su mano izquierda entre su camisa acariciando el vientre y pecho derecho de su cocinera, la otra tenía la dirección contraria.

-No puedes hacerme esto…

-Lo estoy haciendo… y te está gustando.

Laya giró de pronto a Evelyn tras decir aquella última frase y la besó en los labios mientras la abrazaba. Evelyn había soltado el cuchillo y se encontraba también abrazada con fuerza a la morena que de pronto se separó de ella, miraba a los ojos a Evelyn interpretando que quería más de ella, que lo quería todo.

Obedeciendo, Laya le quitaba la camiseta mientras continuaba besando el cuerpo de Evelyn, intentaba luchar por tener un poco de control en aquella situación, pero sus besos la absorbían totalmente y la dejaban sin fuerzas, entonces Laya bajó sus pantalones y la subió sobre la encimera, y abrió sus piernas.

-No, espera, no…-

Pero no se detuvo, no paró hasta que estuviera totalmente satisfecha, después de la encimera, fue empotraba en la pared una vez en el suelo contra en la nevera, fue arrastrada hacia el sofá y allí con la música de Katy Perry de fondo todo se convirtió en deseo y pasión.

Tocándose y masturbándose una a la otra fueron llegando a un punto en el que simplemente sus gemidos eran un poema que acompañaba aquel ambiente de música y sexo hasta colmarse de aquella embriagadora sensación de satisfacción.

Cuando a la mañana siguiente se despertaron les cobijó una sonrisa cómplice a ambas, una sensación de comodidad y complicidad que se apoderaba de ellas una vez más. No fue de extrañar que, a partir de entonces, empezaran una de las mejores etapas de su vida.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Gominolas, Sexo y Rock&Roll 3



El despertar del domingo había sido de lo más horrible que recordaba. Mientras se apoyaba en el cristal del autobús miraba atentamente su móvil para comprobar que no había ninguna prueba viable de lo que había pasado la noche anterior; se aseguró que no hubiera ni teléfonos ni fotos.

Una vez en casa se duchó y se sintió mejor consigo mismo miró la nevera y después se sentó frente el televisor con el volumen muy bajo y se acercó unos papeles para seguir con la composición de la nueva canción, eso le ayudaría a relajarse y a olvidar todo lo que había pasado.

Una de las veces que levantó la mirada se percató de la hora, comió y sobre las cinco de la tarde salió a recoger a Naia tal como su madre le había pedido. De camino a casa, a la pequeña se le antojó quedarse en el parque hasta que su madre terminara de trabajar. Noah sabía que no era tan fácil que saliera pronto por lo que a escondidas avisó a Karina para que supiera que estaban en el parque esperándola.

Las horas pasaron mucho más rápido cuando la niña conoció a unos críos con los que en seguida se puso a jugar, ella llamaba la atención de Noah desde los columpios y los toboganes, lo que, a su vez, llamaba la atención de las madres del parque hacia el joven y apuesto guitarrista.

Naia divisó rápidamente a su madre cruzando la carretera con algo de prisa cerca de las 8 de la tarde y bajó corriendo para recibirla. Noah se levantó y se acercó a la pareja de madre e hija para saludarla también.

-¿Dónde pasaste la noche rompecorazones?- le preguntó en voz baja Karina

-No preguntes…- esa fue su contestación, ella asintió de manera convencida y se encaminaron a casa.- Por cierto como hoy me ha tocado trabajar tengo mañana y el martes por la mañana libre, asique te llevaré y te recogeré del cole ¿vale? Tú te vienes mañana de compras conmigo- le dijo a Noah.

-¿Por la tarde?

-Sí claro, ¿por qué?- insistió ella

-Nada está bien, pero tenemos que pasar ahora por el local nos están esperando para contarnos más cosas de la mini gira.- le comentó mientras miraba el mensaje que otro componente del grupo le había mandado hacía escasos minutos.

-Pues vamos para allá

-¡Sí!- dijo Naia muy contenta- Como mola tener una madre que tenga un grupo, ¿puedo ir yo también aunque sea con los abuelos?

-Eso ya lo hablaremos, ¿Has hecho los deberes?

Noah no intervenía mucho en estas conversaciones de madre e hija, él pensaba que ellas debían tener su tiempo para compartirlo ya que el trabajo de su madre le impedía pasar tiempo con su hija. No obstante a él le gustaba hacer rabiar a la pequeña y a su vez ayudar a su madre en lo que podía para hacer entender a la pequeña que debía hacer los deberes. Esa conversación se alargó hasta llegar prácticamente al local.

-Ya era hora- dijo Dan, el bajista el más joven e impaciente de todos.- Hola Naia ¿qué tal el cole?

-Bien- respondió ella orgullosa

-¿Y los novios? – preguntó de nuevo con un movimiento de cejas y cierto tono picarón

-Yo no tengo novio, los chicos de mi edad son unos mañacos.

Ese comentario sacó una sonrisa a todos los hombres que estaban en la sala, que, a excepción de su madre y ella, eran todos; es decir, cuatro.

En seguida Al, que como trabajaba en la tienda de sus padres le era bastante sencillo escabullirse unos segundo para contestar llamadas, hacía el papel de manager hasta que de nuevo encontraran uno que de veras tuviera ganas de apoyarlos en todo.

Les explicó con detalle que había varios pubs de ciudades de los alrededores que habían escuchado varias canciones y estaban interesados en dejarlos tocar durante aproximadamente hora u hora y media durante los meses de julio y agosto.

-Hay algunas fechas fijadas ya para julio, ¿cierto?- preguntó Dan

-Sí, de momento tenemos el día 27 y estamos a espera de confirmar el 20. ¿Lo dices por algo en especial?

-Este año acabo la carrera, tengo que aproar sí o sí, el día 20 creo que ya habré acabo los exámenes asique…

-¿Podrás racionalizarte para venir a ensayar?- Al necesitaba comprobarlo, aunque por lo general sabría que no habría problema.

-Sí, por eso no hay problema. ¿Vais a meter canciones nuevas?- preguntó calculador Dan mirando a Noah

-Estoy a medias de una canción, seguro la tengo terminada para junio y con posibilidades de tener una o dos más, pero depende de ti, Dan.

-No lo miméis tanto, tiene toda la mañana para estudiar- dijo Cris riéndose al saber que se molestaría – Vamos tengo ganas de tocar algo nuevo.

-Calma jóvenes promesas- se impuso Karina, primero vamos a ver que canciones tenemos para esa hora u hora y media de espectáculo y después ya miramos si podemos meter para los conciertos de julio alguna canción nueva, ¿os parece?

-OK- dijo Cris

-No hay problema- se disculpó Dan

viernes, 14 de septiembre de 2012

Gominolas, Sexo y Rock&Roll 2


Se deshizo en un fuerte y rápido movimiento de los brazos que lo sujetaban y con el puño cerrado hizo que el golpe tambaleara el cuerpo que estaba frente a él.

-No te rías de mí- esa mirada llena de furia e ira hizo que el mayor lo mirara rápidamente y cayendo en el más profundo deseo empezaba a sentirse otra vez con muchas ganas de acostarse con ese maldito muchacho que le odia con cada mirada.

-Aun tienes fuerzas para seguir peleando…- Mientras se recuperaba del golpe miró la entrepierna de su invitado… “¿esto va en serio?” Pensó mientras sonreía maliciosamente con una mirada totalmente lasciva.- Me alegra que no sea suficiente para ti…

Se acercó a él con la intención de devolver el golpe, pero consiguió detenerlo, sin embargo el atacante no se conformó con eso, sino que con el brazo que tenía libre cogió y presionó su cuello. Este movimiento impresionó al joven que en seguida se deshizo de la otra mano que le sujetaba e intentó soltar la que le sujetaba el cuello.

-Vamos a jugar…- dijo el mayor acercándose a la cara del acorralado

Se acercó y lo besó sin soltarle el cuello, después cogió su camisa y lo arrastró al cuarto y lo tumbó en la cama. Se puso sobre él estudiando la situación. Su cabello largo quedó extendido sobre las sábanas, de verdad tenía pinta de rockero de banda, pero eso mismo lo hacía interesante.

-Esta es la última oportunidad… ¿Vas a seguir con esto o piensas deshacerte de esto en el baño sólo?- el mayor y dominante puso las manos sobre el pantalón del joven apreciando su notoria erección.

-No suelo acostarme con viejos refinados…- Una de las cosas que él no consentía era que le llamaran viejo, pero ese chico con esa mirada desafiante le podía, era la estimulación necesaria para que empezara el juego. Le quitó la camisa, le desabrochó el pantalón; simplemente se dejó llevar por su ansia.

Mientras volvían a pelearse el mayor fue ganando terreno y le despojó de la camisa y consiguió dejar el cabello de su rokero suelto quedándose la goma de recuerdo. Ya no había salida, había sido descuidado y ese era su castigo.

-Has perdido…

-Saltaré por la ventana si es necesario.

-Se un hombre y asume tu derrota…

Él iba a decir algo, pero la mano de su acosador y los besos posesivos de aquel viejo lo estaban enmudeciendo y excitando, intentaba deshacerse de las manos que encendían esa pasión pero se volvían débiles o incapaces de moverse una vez había agarrado a su objetivo.

Notaba como las manos del ganador le despojaban de las ropas y sus manos seguían complaciéndolo, cuando aquellas embestidas notaron el rechazo el ganador cesó explicando que debía calmarse y que poco a poco el placer aparecería. Pero era difícil en una situación así. Debía excitarlo más hasta el punto del orgasmo, hasta que su propio cuerpo pidiera ese movimiento para culminar en el lecho del placer.

Su premio se había dado la vuelta retorciéndose entre las sábanas huyendo de la pasión incontrolada que le producía, como si buscara el modo de, realmente, salir por la ventana. Las manos del mayor pusieron fin al intento de huida del joven  mientras continuaba lamiendo su cuello pronunciaba palabras que excitaban al joven a pesar de que esa no era su intención.

Cuando parecía que el joven estaba empezando a ceder el mínimo movimiento le volvía a poner tenso, era una situación complicada para el mayor. Consiguió hacerse hueco entre el colchón y el joven con sus brazos y abrazarlo para caer por unos segundos sobre él y hablarse al oído.

-Necesito que te tranquilices un poco y que levantes tu cadera y pecho, sostente con tus brazos y piernas, ¿quieres? Así no puedo complacerte.

-¿Qué te hace pensar que me complaces viejo verde?

-El hecho de que la tienes tan dura como yo… ¿te parece una buena razón?

Cuidadosamente hizo caso a lo que le decía, estaba excitado pero ese dolor se hacía notar y era incómodo. Aquello le dio la suficiente movilidad para poder tocar a su pequeño depredador perdedor, mientras acariciaba su cuerpo y pecho empezó a masturbarlo.

-No pienses en nada más que en este placer…- hizo una pausa y se movió un poco- No digas nada… no hace falta…- tapó mínimamente sus labios con una mano y continuó poco después acariciando su cuerpo.

Cuando se dio cuenta su perdedor estaba gimiendo y se había vuelto bastante más penetrable y ruidoso. Había conseguido que estuviera perdido en sus brazos y empezó a embestirlo suavemente. Pero no era suficiente para satisfacerlo, su cuerpo parecía succionarlo de tal manera que era lo mismo que pronunciar la palabra “más” directamente.

No se arriesgó demasiado en aquella ocasión, simplemente consiguió que se diera la vuelta, lo que causó efectos notorios y rápidos en él, aquella mirada de odio había renacido, la fuerza con la que volvió a coger sus brazos aumentó, él intentaba acallar los gemidos, pero a veces le era imposible, ahora era capaz de ver como la mirada de su acosador se burlaba de él mientras llegaba lentamente a la cúspide del placer, lo que él no apreció hasta segundos después es que con el orgasmo de su violador se llevó también su propio orgasmo.

Cuando la luz del sol cegó sus ojos y se levantó en una casa extraña miró hacia aquel leve respirar a su espalda... Un rápido recuerdo pasional hizo que se vistiera y que cerrara la puerta de golpe sin ningún tipo de compasión.

Mientras bajaba por el ascensor e intentaba saber dónde demonios se encontraba se llevó una mano a sus riñones algo doloridos y leyó el mensaje que le había llegado hacía un par de horas.

“Por si acaso no vas a pasar por casa recuerda recogerla de casa de sus abuelos después de comer.”

-Aun es pronto para eso… me da tiempo a ir a casa… y ducharme- respondía al mensaje en voz baja.

Después de media hora de autobús consiguió llegar a casa y por fin se quitó aquella ropa y ducharse. Estaba enfadado, dolorido y quería matar a ese tipo. ¿Por qué le había obedecido? ¿Por qué se había excitado, por qué aquel orgasmo parecía más complaciente que los que había tenido con ninguna mujer?

Llamaron poco después a casa, aquella tarde tendrían un ensayo, al parecer habían conseguido un par de sitios más para tocar, esta tarde hablarían de ello en el local y habría más datos.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Gominolas, Sexo y Rock&Roll 1



Ambos se alejaban de la muchedumbre que se había formado hacía unos segundos, aunque algunos insistieron en seguirlos en cuanto abandonaron la zona se olvidaron de ellos. El primero de adentró en un callejón poco frecuentado y perdido en aquella zona de ocio nocturno. Cuando el segundo se detuvo y miró alrededor el primero le asestó el primer puñetazo. Éste perdió el equilibrio y tras reponerse cogió al que le guiaba por el cuello de la camisa y lo acercó a su cara; estaba realmente furioso, su mirada le desafiaba.

-¿Qué mierda pasa contigo?

Pero no le contestó si no que para aumentar la fría mirada de aquel que le tenía cogido se soltó y le asestó otro golpe en el estómago y después un puñetazo haciendo que callera al suelo. Era unos pocos centímetros más alto que él, lo miraba mientras jadeaba un poco por ese último golpe, parecían más o menos de la misma edad.

-¿Dónde se ha ido esa furia rokero…?- le dijo el mayor separándose un poco.

Bastó un parpadeo para que se pusiera en pie y se abalanzara sobre el otro haciendo que callera al suelo. Golpe tras golpe, uno a otro después al revés… Estaban intercambiando dolorosos golpes en la cara del otro, mordiscos y hasta arañazos si era necesario… Pero, ¿por qué había empezado todo eso…?
Posiblemente ni ellos habían sido conscientes de que esa chica estaba jugando con ellos hasta tal punto de enfrentarlos sin que ninguno de ellos, debido al alcohol, se percatara.

Volviendo a la escena… Aquella pelea callejera se estaba calentando, el mayor había conseguido sentarse sobre el pequeño y parecía tener cierta estabilidad y ventaja, le había cogido las manos y las sujetaba más arriba de su cabeza contra el suelo, parecía indefenso, y en un intento de morderle, mientras él estaba disfrutando de su victoria, algo extraño se apoderó de ambos.

El mayor se dirigió exactamente a la boca de su presa, y lo besó deseosamente. En un intento de quitárselo de encima, retorciéndose se dio cuenta de un dato importante. Ambos estaban erectos.

El desconcierto de uno y la excitación del mayor hicieron que esa situación cambiara por completo, él se levantó dejando libre a su presa y se apartó aun más quedándose ocultos por la oscuridad del lugar. Totalmente poseído de rabia el más joven se abalanzó para cobrar su venganza y fue entonces dirigido y acorralado de espaldas contra la pared.

Luchaba por darse la vuelta y defenderse mientras él le desabrochaba deseoso los pantalones y lo tocaba haciendo que el órgano decidiera por sí mismo. Estaba perdiendo la cordura, se deshizo con fuerza de las ataduras de sus manos y se giró mientras fuertemente cogía a su acosador por el cuello de aquella camisa y lo acercaba a él desesperadamente intentando apagar un fuego que ya se había extendido por ambos…. 

Parecía haber una lucha entre ellos por ver quién se quedaba con el control, pero también parecían totalmente coordinados; el más alto había conseguido llegar a  aquel miembro totalmente erecto y deseoso mientras el más joven lo acercaba a él para sentir su piel a la par que besaba sus labios y mordía su cuello, cogió con fuerza el cabello largo y despuntado, y lo apretaba con fuerza cerrando su puño, lo que a su vez excitaba más al primero.

Cuando el joven se separó se quedó pegado a la pared mientras el ejercicio del mayor hacía ya mella en él; pero no duró mucho en dicha posición se lazó a su cuello y jugueteó con la piel de aquella zona, al mismo tiempo, sus manos resbalaban del cuello de la camisa y el pelo por su tronco hasta llegar a la hebilla del pantalón de su cazador y al igual que él continuó masturbándolo.

Incluso el mayor que disfrutaba viendo como su presa se excitaba y jadeaba rápidamente se unió a él, hasta que aquella situación acabó ensuciando al otro…

-Mierda- dijo el más joven

-Vamos a mi casa.- se encaminó hacia la parada de taxi mientras el otro intentaba limpiarse como podía aquello. No fue consciente de mucho hasta que se vio subiendo al coche. Su acompañante dio la dirección e instintivamente se quedó mirando por la ventana.

-¿Qué otro punk suelto por la zona?- dijo el taxista

-Algo así…- dijo el mayor entablando una conversación.

El joven simplemente se quedó mirando por la ventana intentando reconocer a dónde iban o dónde estaba, aun no entendía muy bien que había pasado y por qué estaba en ese maldito taxi. Por lo menos… había conseguido hablar con el tío del pub para el próximo concierto.

Eso estaría bien... pensar en las canciones para el próximo concierto… Cuando se dio cuenta, el tipo que estaba a su lado pagaba el taxi y salía del mismo; él lo siguió y se paró delante de la puerta de un edificio. Cuando se vio dentro y que el otro  erraba la puerta con llave se quedó paralizado. “¿Dónde demonios estoy y qué mierda estoy haciendo?”

-S-será mejor que me vaya...- dijo confuso

-¿De verdad estás satisfecho con una simple paja?

-¿Eh?- el desconcierto estaba en el aire, el mayor se había acercado tanto a él que se estaba poniendo muy nervioso, le impedía tocar o alcanzar el pomo de la puerta.- Déjame salir.- Lo había cogido de nuevo acercándolo a sí y con un tono amenazador.

-Sí… ¿Quieres pegarte otra vez hasta ponerte cachondo?

-Cállate de una vez y déjame salir.

-No quiero… puede que tú te conformes con poco pero yo no… Además ¿sabes dónde estás? Sigues sangrando y te he manchado la camisa, ¿lo recuerdas? – Se había deshecho de la presión de sus manos y lo había acorralado en una pared; otra vez.

Se acercó más a él y siguió por dónde lo habían dejado hacía unos minutos, estaba luchando por quitarle la camisa mientras el joven se resistía e intentaba rechazarlo empujándolo. Fue el mayor quién, visto que no podía conseguir su meta, lo cogió del cuello y con fuerza empujó al cuerpo de nuevo hacia la pared con un pequeño impulso, cogió sus muñecas e intercalando su pierna derecha entre las de su invitado lo medio paralizó para poder besarlo, morderlo y seguir desabrochando botones de la camisa hasta pasado el abdomen.

-¿Qué mierda estás haciendo?- dijo la presa enfurecida

-Hace un rato no estabas tan molesto… ¿Por qué me has seguido sino hasta el taxi y hasta el interior de mi propia casa, para tomar el té?