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jueves, 21 de abril de 2011

Hola de Nuevo, viejo amigo (parte 1)



Aquel día en la KaibaCorp había un estruendo fuera de lo normal, Seto había gritado ya dos de sus trabajadores, y eso era bastante inusual. Cuando Mokuba oyó el estruendo, corrió por el pasillo hasta llegar al laboratorio donde Seto se encontraba. Abrió la puesta de golpe un muchacho ya de 16 años de edad que se adentraba en el duro camino de la empresa para ayudar a su hermano con los asuntos de esta.

-Seto... ¿pasa algo?

-Nada Mokuba... es difícil encontrar a gente competente hoy en día... y salió del laboratorio dando un portazo al tiempo que su hermano se encogía de hombros como para evitar que sonara tan fuerte.

Mokuba miró al empleado que había recibido tal estruendo y vio a una empleada recién llegada hacía unos meses a petición de su hermano, con el alma en los pies y las lágrimas flor de piel; se dirigió a ella y la ayudó a ponerse de pie.

-Puede que no me creas ya que soy su hermano pequeño, pero el no es así...- dijo con una vos de culpabilidad - le ruego que siga con su trabajo, hablaré con él...-

Aquella muchacha reanudó su trabajo y entre dientes decía que un día se iría para no volver jamás a esa empresa, Mokuba echó un vistazo por un lado para ver como iba el nuevo proyecto de su hermano, un nuevo sistema de duelos, consistía en un duelo disck en el cual, dependiendo de tu nivel de duelista se te iban otorgando monstruos y cartas más poderosas almacenadas en el duelo disck, de esta manera todo aquel que no pudiera permitirse el lujo de tener una buena baraja podía intentarlo pagando un precio del nuevo salón de juegos que estaba en construcción a cuenta de la KaibaCorp.

Mokuba se disculpó en nombre de su hermano y fue a buscarlo por todo el edificio, pensando en qué le estaría pasando a su hermano por la cabeza para decirle tales cosas a una empleada que, por lo general, respetaba mucho.

El primer lugar que a Mokuba se le ocurrió mirar era el despacho de su hermano, que estaba extrañamente vacio, Seto no estaba allí sentado con los dedos entrelazados y apoyando los codos sobre el escritorio pensando en lo que pensaba su hermano cuando adoptaba esa postura. Cerró la
puerta y lo siguió buscando.

Por otra parte Seto, ya de 22 años, había llegado a su destino... Una habitación oculta y oscura en los sótanos de la KaibaCorp, una habitación oculta hasta para su hermano, lo que en muchas ocasiones, como aquella; aun que ya estaba dentro, le hacía replantearse el entrar o no, el abandonar o.... ¡NI HABLAR! ¿Cuándo había abandonado Seto kaiba?... El mejor duelista del mundo después de...después de ese niñato llamado Yugi... ese nombre ya no le transmitía nada hacía tiempo que ni siquiera se le había ocurrido retarlo a un duelo, y recordar a ese niñato le hizo recordad también a ese grupo inseparable que ya se había dividido, cada uno estaba en lo suyo... Yugi... él estaba recorriendo el mundo patrocinando un torneo a nivel mundial, Tea... esa chica ya estaba en el segundo o tercer año de carrera para ser profesora en un jardín de infancia... Joey... ¿a quién le importaba donde estuviera ese tipo?, ni siquiera sabía nada de él. Por otra parte Bakura había desaparecido, hacía tiempo que nadie sabía nada de él y Tristán, seguramente estaba haciendo de guarda espaldas de Yugi, pero... y él... que estaría haciendo él... < ¿quien sabe?> se dijo a sí mismo... Cerró por un segundo los ojos y volvió a clavar su mirada en aquel libro que sostenía sobre las manos...

La siguiente vez que Seto levantó la cabeza ya era la hora de comer, cerró el libro y lo dejó apoyado sobre la mesa, se apresuró a salir de la habitación cerrando correctamente y sin que nadie lo viera, las puertas de aquel lugar, como siempre, Seto caminaba indiferente entre sus empleados, creando un silencio incómodo sin que supieran de donde venía o a donde iba...

Cuando llegó a la cafetería Mokuba no estaba, se sentó a esperarlo en la mesa de siempre , con las piernas y brazos cruzados y con los ojos clavados en la
puerta.

Como era ya costumbre en su hermano pequeño, se presentó a las 2, Mokuba por su parte ya se dirigía casi por instinto a la cafetería, esperando que su hermano estuviera allí, cuando éste pudo divisarlo, se le dibujó una sonrisa en la cara y con paso ligero se dirigió a sentarse con su hermano.

-¿Qué horas son estas de llegar? Te estaba esperando...-

-La culpa es tuya Seto- dijo Mokuba con la voz un poco subida de tono

-¿Mía... desde cuando?-dijo mirando a su hermano de reojo

-Desde que has desaparecido después de echarle tal sermón a Eli-

-¿Mm...? A... ya...- dijo -¿Crees que me he pasado con ella?-preguntó

Mokuba miraba con los ojos desorbitados a su hermano y sin entender de repente ese tono de culpabilidad que el menor ya había dado por perdido en su hermano, apenas sabía que responder, lo había cogido por sorpresa...

-Será mejor que te disculpes... Ha vuelto ha decir que un día se irá y no volverá... Recuerda que fuiste tú quien quería que trabajara con nosotros, será mejor que la trates bien...

-Sí... debería disculparme...

Mokuba volvió a mirar a su hermano y casi se le atragantó un espagueti, se golpeó el tórax varias veces para que pasara y luego se puso de pie mirando a su hermano

-Seto... ¡¿Estás bien?!

Seto estaba en su mundo, sumido en un pensamiento que no podía quitarse de la cabeza y no oyó a su hermano. Como siempre acabaron casi al mismo tiempo de comer, Seto mandó a Mokuba hacer sus deberes y Seto se dirigió al laboratorio, a, tal como le había dicho su hermano, pedir disculpas...

Cuando llegó Eli continuaba maldiciendo entre dientes y poniéndole cada vez más empeño a su trabajo, Seto entró y sin hacer ruido se plantó tas ella...

-Por eso mismo quería que trabajaras para mí, a pesar de lo que te he dicho sigues incluso con más ganas de trabajar, poniéndole más empeño...

Eli paró de pronto y se dio la vuelta, cuando vio a su jefe detrás y recapacitando lo que le había dicho se quedó muda, le había mandado a la mierda, quemado en el infierno... ¿cuánto habría oído? Se puso roja y se giró de nuevo.

-Déjame Kaiba, estoy trabajando. Si quieres que esto salga en medio año tengo que probar su eficacia y resolver unos errores...

-Como quieras, pero... si ardo en el infierno dudo que pueda pagarte...

Eli se sonrojó y un calor extremo empezó a subir y su corazón se empezó a acelerar, <¡mierda!> pensó para ella cuando oyó que la
puerta se cerraba y dejó de ver a Kaiba... se tranquilizó un poco, pero hasta que no pasó un rato no puedo volver a su trabajo, a rendir al cien por cien...

Seto ya había cumplido lo de pedirle perdón... no era capaz de pronunciar esas palabras, él nunca las había aprendido. Entró en la habitación de su hermano y como siempre acostado en la cama haciendo los deberes.

-Si necesitas ayuda avísame.- dijo Seto mientras se dirigía a su despacho a, de una vez, centrarse en su trabajo y en su empresa, eso le haría olvidarse de qué estaría haciendo en aquel momento ese maldito Rey de Juegos...Y allí estaba el gran dirigente de la KaibaCorp... explicándole a su hermano pequeño como hacer un problema de matemáticas... cuando lo hubo entendido, Mokuba regresó a su habitación y él siguió revisando las cuentas y los gastos de la empresa, mientras sumaba las recompensas que podría tener con su último invento y lo que podía pasar; como siempre kaiba se sumía en un lugar de donde pocos eran capaces de sacarlo.

De pronto apartó los papeles sólo para descansar la vista, miró por la ventana... ya se había perdido de nuevo... su mente, como por arte de magia le había vuelto a dibujar el rostro y el cuerpo de su mayor rival, cerró el portátil en que hacía las cuentas y pasaba sus gastos, dejó los papeles en cima de su escritorio, avisó a Mokuba de que debía salir un momento y Seto se dirigió a la tienda de Yugi ha hacerle una pequeña visita al viejo Moto.

-Kaiba, ¿qué te trae por aquí?- dijo Yugi, un muchacho que también tenía ya sus 22 años.

-¿No está tu abuelo? Debo hablar con él...- dijo buscándolo con la mirada -Por cierto ¿tu no estabas patrocinando y haciendo publicidad por ahí?

-Sí,- dijo Yugi algo sonrojado- pero he pedido un descanso para ver a mi abuelo y ayudarlo un poco con la tienda. Pasa- le invitó Yugi- debe estar haciendo algo de merienda en la cocina...

Como Yugi le había icho se dirigió dentro de la casa y allí estaba el abuelo Solomon, haciendo algo de té con unas galletas y algo más de picar.

-Tenemos que hablar...- Solomon del susto se giró corriendo y se apoyo en la encimera mientras contemplaba a Seto apoyado en el marco de la
puerta con aires de indiferencia.

-¿Hablar? ¿En que puedo ayudarte joven Kaiba?- dijo relajándose un poco y suspirando.

-Primero necesito hablar en otro lugar, solos, tú y yo, es algo privado.

-¿De qué se trata?- dijo muy curioso Solomon mientras lo dirigía al salón y cerró las puertas para evitar que nadie los oyera.

-Necesito que me diga el lugar concreto y la locación exacta del lugar donde encontró ese collar en forma piramidal que llevaba su nieto al cuello hace 2 años...- Al abuelo le cambió la cara cuando el joven castaño le pronunció esas palabras...

-¿Para qué? Ya sabes que en ese lugar no hay nada, Atem se lo llevó cuando perdió el duelo para volver a su...

-No quiero que me cuente algo que ya sé... Quiero saber donde puedo encontrar ese sitio, sólo eso...

Solomon estaba muy desconcertado, ¿qué podía estar pensando Kaiba? ¿Para qué quería saber ahora eso cuando nunca antes le había prestado la menor importancia? Sólo era su rival... el rival de su nieto, y de aquel espíritu... Atem.

-¿Me lo va ha decir?- dijo conservando un tono tranquilo pero lleno de desesperación en un segundo plano qué, por su puesto, Seto no le iba a mostrar...

-Pues... ahora mismo no sabría decirte... Hace ya muchos años que no he ido... y...

-¿Insinúa que quiere venir?- A Solomon se le iluminaron los ojos

-No... es que tengo la tienda, no puedo dejar a mi nieto aquí con la tienda, si él se va....- hubo un silencio- ¿Quieres que sea tu guía?- Kaiba lo mató con una mirada

-Sólo dígame el lugar, yo me las arreglaré solo...

-Pero es muy peligroso y necesitas saber como eran esas construcciones, leer las escrituras y saber interpretarlas...

-Solo dígame una dirección... algo representativo... el nombre de un lugar... no estaré mucho tiempo...

-¿Qué vas ha hacer una vez que encuentres ese lugar?

-No le importa, por favor... si es tan amable... debo dirigir una empresa y tengo un hermano pequeño con problemas con las matemáticas...

-Está bien Kaiba... tu ganas, el viaje no será fácil y encontrar el lugar menos. Debes llegar al Valle de los Reyes, el cementerio donde enterraban a los Reye caídos,- Seto notó algo en su interior, como una sensación incómoda, como si la verdad le hubiera golpeado en las narices, pero no mostró ni cambió el gesto en su cara.- Sólo debes mirar que sea la tumba más oscura, pero como todas son iguales te recomiendo que alguien te guíe y le hables de la tumba del juego sombrío...ellos te guiarán, pero posiblemente se nieguen a entrar.-

-Entendido.- Se levantó y se dirigió hacia la
puerta, no se despidió, salió y volvió a la KaibaCorp. Seto llegó a su oficina... se sentó en su cómoda silla... miró por la ventana... Entonces, una pregunta le vino a la mente...
< ¿Cómo hago para irme a Egipto 2 días o una semana sin que nadie me haga estúpidas preguntas y...? Mokuba... ¿Qué pensará él de mi...?>
Seto tenía un montón de papeles con los resultados del nuevo producto casi terminado y preparado para la primera prueba, si la pasaba... tenía muchas posibilidades de salir al mercado.

Seto miraba el montón de papeles... cerraba los ojos... miraba hacia la habitación de su hermano sentado en aquella silla... cerraba de nuevo los ojos... Al menos debía intentarlo...

Hizo llamar a Croket, uno de los ayudantes de Seto, pidiéndole urgentemente un billete de vuelo a Egipto para una semana, y pidió un guía para que le llevara al Valle de los Reyes y que lo conociera mejor que la palma de su mano, dejó claro que no le importaba el precio, solo quería lo mejor.

Después se levantó y fue a la habitación de su hermano.

-Mokuba... ¿Has acabo tus deberes?- preguntó desde la puerta.

-Me falta poco para terminar con este problema y ya acabo.- contestó el pequeño

-Bien, cuando termines, ven a mi despacho tengo que explicarte una cosa muy importante...- Dijo mientras se dirigía de nuevo a su despacho. Se ocupó del papeleo y antes de terminar Mokuba ya llevaba esperando un rato, pero por suerte Mokuba era paciente, mucho más que su hermano y no le importaba esperar, sabía que la empresa iba por delante de cualquier problema que tuviese su hermano, pero no delante de su hermano pequeño.

-Mokuba ya estás aquí... ¿Has esperado mucho?- A pesar de estar en el mismo cuarto cuando Seto se concentra y está viendo algo es muy difícil que se entere de algunas cosas que suceden a su alrededor.

-No,- mentira- no mucho...- llevaba media hora- ¿qué era esa cosa tan importante Seto?- preguntó intrigado

-Tengo que hacer un viaje por un motivo personal, Mokuba esta vez no puedo llevarte... Por eso quiero que durante la semana que esté fuera tú te ocupes de la KaibaCorp, si hay algo que no entiendas puedes llamarme a mi o a Croket y él o yo te lo explicaremos ¿entendido?- Mokuba esta confuso

-¿Yo... ocuparme de la KaibaCorp? ¿por qué? y ¿a dónde vas?- preguntó algo inquieto y entusiasmado...- ¿Y si hago algo mal Seto?-

-Mokuba... has estado viendo como funciona esto y me has ayudado desde hace 6 años, yo empecé a tu edad, creo que es hora de que veas hasta que punto eres capaz de dirigir esto, por supuesto tus deberes van delante de todo y... nada de fiestas, no quiero reuniones y nada por el estilo, mucho menos que dejes de ir a la escuela, si no puedes con esto.. Déjalo antes de ir la escuela...- Seto no se había movido desde que le echó el sermón, seguía sentado apoyando su cabeza en los nudillos y con el codo sobre el escritorio.

-Pero... ¿dónde vas?

-Aún no lo sé- Seto odiaba mentirle a su hermano, aunque tampoco le mentía del todo,  sabía que iba a Egipto, pero no sabía donde iba a tener que llegar para encontrar... Ni si quiera podía mencionar su nombre el sus pensamientos, un escalofrío y un hervor le invadían si lo hacía.

-¿Es por trabajo?- preguntó Mokuba para sacar él sus propias conclusiones.

-No, pero influirá en él.-Seto no podía concentrarse igual de bien pensando en ese tipo todo el tiempo.

-Pero... ¿no sabes el país el continente... la región? No se algo.

-Lo siento... pero no...- se quedó con las ganas de decirle que no podía decírselo, pero simplemente su voz se cortó en ese punto. -Cuando vuelva... te lo contaré Mokuba...

Pero... Mokuba no estaba muy contento con la explicación que su hermano le había dado y esperaba poder investigas algo más por su cuenta.

-Por cierto hermano... últimamente no has hecho ningún torneo ni te has enfrentado a Yugi, aunque sólo sea para revivir viejos tiempos...- Seto reaccionó a las palabras de su hermano abriendo los ojos y levantando la cabeza de golpe.

Mokuba sabía que iba por buen camino... Ahora todo lo que saliera de la boca de su hermano debía ser solo para esquivar ese tema.

-No he tenido mucho tiempo Mokuba, lo sabes bien, cuando vuelva... veré que hago al respecto, ¿de acuerdo? Ha! Recuérdame que abramos otro parque de atracciones, tengo los planos en el primer cajón, cuando me vaya quiero que los veas y que opines y hagas los arreglos que veas convenientes...

-Vale- dijo con una sonrisa -podíamos invitar a Yugi... a Joey... al Gusano y a Rex... ¡Ha! y también a May...- dijo con ilusión- ¿qué te parece hermano?- pero su hermano ya se había perdido en el mundo de sus recuerdos y de sus pensamientos y no escuchó a su hermano... Él se decepcionó un poco, pero ya estaba acostumbrado a este comportamiento por parte de Seto, asique solamente salió por al puerta y siguió con su tarea y pensando en el nuevo parque y en el nuevo torneo...

Decidido pues... llegó el día en que Seto debía marchar, preocupado en ese momento por como encontraría la oficina y la casa para su regreso le dio las últimas normas a Mokuba mientras este solo decía “sí... sí... sí...” como un robot.

Se subió al Yet-dragón-Blanco y aún preocupándose por su hermano empezaba su camino rumbo a lago que no entendía y que no quería comprender...El viaje no fue frustrante, pero tampoco corto, cuando Seto llegó al aeropuerto aterrizó el yet y lo dejó allí, mientras una limusina ya esperaba en la puerta a que saliera para llevarlo hasta la puerta del hotel.

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