AVISO IMPORTANTE

El blog es de contenido adulto, eso no significa que no haya obras para todos los públicos, que las hay. Pero en su mayoría es más fácil encontrarse con algo que sea adulto. Para ello está el apartado de "ETIQUETAS" en las que el blog se divide dependiendo de la temática de lo publicado. Es tan sencillo como que: si no te gusta algo no te maltrates a ti mismo y no lo leas. Todo comentario fuera de sitio, de mal gusto o contra mi persona será eliminado sin aviso previo.

martes, 2 de agosto de 2011

Kuroshitsuji XIII



Me quedé mirando su cuerpo y poco a poco me colé en la parte de dentro de la cama, me acosté de espaldas a él y me acurruqué en mí misma. Me daba mucha vergüenza hablar de aquello pero tenía que resolver aquella duda que me torturaba.

-… Aquella noche en la que pasó ESO… Me dijiste que no sentías placer, pero…- sentía que, aun a pesar de la oscuridad de la habitación, estaba roja, tenía calor y sentía mucha vergüenza.- … pero yo… yo…

Sentí una de sus manos deslizarse por mi cintura y pegarse a la altura de mi pecho mientras cogía ambas de mis manos y se acercaba a mí.

-¿Desea una de esas noches?

-¡No es eso!- dije alterada- es que… no sé, fue raro; parecía que tu estabas… -dios mío, no podía hablar con él de ese tema, sentía que podía, de nuevo, crear un motivo para que el se aprovechara y volviera a apoderarse de mí.

-¿Excitado?- preguntó acercándose a mí oído y mirándome, ligeramente levantado, con aquellos ojos. Me giré instintivamente para buscar aquella mirada y afirmé con un leve movimiento de cabeza.

-Usted alcanzó el éxtasis y por un momento pensé que el alma que tanta ansia espero iba a abandonar este cuerpo y salir para que fuera solo mía. Nunca había sentido un alma tan a flor de piel.

-Es un orgasmo sin más…- le dije apartando la mirada aun más roja y desinteresadamente.- Además dudo mucho que sea la primera vez que te acuestas con una mujer- lo oí sonreír

-Eso no significa nada.

¿Qué quería decir eso exactamente? Pero cuando iba a preguntarle se dejó caer de nuevo en la cama y me dio las buenas noches dándome a entender que no quería hablar más. Posiblemente él también había hablado  por su parte más de la cuenta, tanto que de alguna manera me hizo tener una leve esperanza de algo.

La siguiente semana tuvimos una actuación el jueves y en mis ratos libres fui a la exposición para acabar el retrato, y sin apenas darme cuenta, me estaba arreglando para ir a aquella fiesta del conde. Conseguí que el director me dejara un vestido de la compañía: uno con dos tonos de azul, eléctrico y uno más oscuro, con detalles en negro, unas botas en azul eléctrico y negro, y unos guantes también negros. Era uno de esos vestidos de culo pomposo, pero al parecer era lo más apropiado; con escote cuadrado y manga corta… Iba a pasar mucho calor. Sebastian me ayudo con el corsé, le pedí que pudiera respirar y tragar, estaba apretándolo mucho;  y me ayudó a ponerme esa cosa tan complicada.

-Tiene suerte de que haya vivido tanto tiempo, señorita, sería muy gracioso que se perdiera dentro de un vestido.

-Ni que fuera tan difícil, teniendo en cuenta este vestido…

-Ahora debo irme  un momento, si no le importa la peinaré y debo marchar para arreglarme.- dijo tras haberme puesto el vestido y mientras lo abrochaba

-¿Peinarme? ¿A arreglarte?

-¿Tiene algún acompañante?

-¿Quién te ha pedido que lo seas…?- Simplemente sonrió y desapareció…- Maldito demonio…

-Le estoy oyendo señorita, suba a su habitación por favor.

Me sorprendí de oír su voz y subí resignada las escaleras, me puse las botas mientras me peinaba; no tenía ni idea que pudiera hacer eso. No se como lo hizo me cogió el pelo aun lado e hizo como una coleta pero que cayera por mi parte derecha, me onduló el pelo y me bañó en laca. Cuando fui a hablarle había desaparecido, me maquillé un poco, al estilo actual y me bajé al sofá a esperar a Grell.

A las 20.30 Grell llegó tocando al timbre, le abrí la puerta… Me encontré a un hombre... con esas gafas suyas rojas con una coleta y un par de mechones sueltos, y… llevaba puesto un vestido rojo pasión con unas rosas negras…

-Grell, tú… ¿tú eres un hombre con complejos verdad?- le pregunté extrañada.

-¡Ah! Yo siempre quise ser una mujer, y hacer de Sebas-chan mi hombre… niaaaa, por cierto ¿dónde está?

-No tardará en llegar, supongo…

-Llegaremos tarde, ¿no te importa verdad?-

Lo miré mientras me decía eso... ¿Qué clase de pregunta era esa? Sólo le importaba su Sebas-chan, pero en cierto modo me gustaba ese tipo, era muy raro, y evidentemente un hombre con complejo de mujer, pero he de decir que el vestido le quedaba genial y por algún motivo entendía parte de esa personalidad o ser o... lo que fuera. 

Kuro se acerco a mí pidiéndome comida, le puse también agua y en eso la estrella de la noche, por que evidentemente yo no era nadie; llegó. Vestía más elegante que de costumbre, una camisa blanca, unos pantalones de vestir, un pañuelo a conjunto con mi vestido atado al cuello, y una chaqueta que le llegaba por las rodillas, unas gafas muy finas y rectangulares y como dato curioso se había apartado el mechón de la izquierda detrás de la oreja.

Grell le saltó a los brazos y éste simplemente lo esquivó acercándose a mí y acompañándome a la salida. Cerró la puerta, y me ayudó a entrar en el coche de caballos. Me quedé patidifusa cuando vi eso en la puerta de mi casa. El trayecto fue muy silencioso y cuando llegamos, Sebastian me paró un segundo antes de bajar del coche.

-Si algo inesperado ocurre, no se separe de mí. Quédese dónde pueda verla. Si no me ve llámeme.

-Está bien…

Él bajó primero y después me ayudó a mí, muy elegante, como siempre, nada más girarse para ayudarme a bajar ya había llamado la atención de la gente, me sentí por unos momentos muy afortunada, luego pensé en que ese hombre iba a matarme y se me pasó; pero el caso es que todo el mundo le miraba a él con deseo y a mí con 'un poco' de odio.

Entramos, había muchísima gente, la mansión era enorme y preciosa, todo el mundo rumoreaba cosas sobre la fiesta y sobre el anfitrión, pero no pude deducir nada, simplemente que parecía ser muy joven y sin familia. Me aparté un momento de Sebastian harta de miradas afiladas y traicioneras y me encontré con un tipo muy raro. Estaba hablando algo del conde pero estaba solo. Vestía todo de negro, con un sombrero de copa que caía hacia atrás, su cabello y uñas largas, cabello muy claro y grisáceo y uñas negras… piel pálida bastante alto… Me dio muy mal royo. Se acercó a mí y se inclinó para hablarme.

-Asique ese mayordomo tan curioso le pertenece ahora… Qué divertido.

Cuando fui a decirle algo se fue, como si con él no fuese la cosa. Segunda vez que alguien actuaba de esa manera. ¿Qué tipos más raros había en esta fiesta? Bueno sólo Grell y este hombre, los demás eran o parecían normales. Un niño se acercó a mí.

-¿Le importaría venir conmigo a un lugar más privado?

Era un niño monísimo, de cabello oscuro y mirada fría, muy educado, vestía con unos pantalones azules por encima de la rodilla unos zapatos y una chaqueta también azul. Me ofreció su mano para que me guiara y la acepté con una sonrisa, por algún motivo cuando toqué su mano, mi mirada se clavó en Sebastian y nos siguió. Me llevó a una sala apartada y me sentó en un sofá, Sebastian se había colado y miraba la situación.

-Muéstrate Sebastian, no puedes esconderte de mí.

-Lo siento mucho, he sido un poco descortés; aunque usted tampoco me ha saludado después de tanto tiempo…

-Más tarde hablaré contigo de conducta, por el momento, le he traído aquí señorita por que quiero pedirle que me devuelva  mi mayordomo.

-¿Perdón?- aquello fue una bofetada en la cara a traición.

-No se altere,- no lo estaba, almeno no lo mostraba- he de decir que me gustan sus actuaciones y me honra que haya terminado aceptado la invitación, pero mi verdadero motivo era que me devuelva a Sebastian, mi mayordomo. ¿No es así?

Él se inclinó ante él y con un rostro un tanto dolido se quedó a su lado.

-¿Este era el motivo por el cual no querías que viniera, Sebastian? Y supongo que este niño es el Conde Phantomhive. ¿De qué te sorprendiste pues al leer la carta?

-No tienes que contestar, Sebastian- dijo el niño despreocupado

-Es una orden.- dije molesta.

-Sebas-chan, pensaba que me habías abandonado… ¡Ho! Parece que interrumpo algo, será mejor que me vaya, Sebas-chan avísame cuando estés libre, estaré esperando a que me saques a bailar. Muaa- le lanzó un beso desde la puerta y desapareció tras ella

-Bocchan, lo siento le estuve buscando pero no le encontré, el contrato no funcionaba, no sabía dónde estaba, pensé que estaba muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario