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jueves, 23 de junio de 2011

Kuroshitsuji VII



Estaba sentada en la cama, mirando las sábanas y muy alterada. Recordé lo que había pasado la noche anterior y dejándome caer de nuevo en la almohada repasé lo que había pasado.

-El demonio apareció... entonces me bajé aquí… y…Mierda. Por lo menos no hice nada de eso… era sólo un sueño.- ¿Pero cómo iba a convivir yo ahora con ese HOMBRE después de haber soñado algo como ESO..?

Me forcé a levantarme, me quedé sentada en el borde de la cama con los pies en el suelo, miré el reloj. Las 9.05. Hice de tripas corazón y me levanté. Invadí el aseo de Sebastian y me lave la cara para después mirarme en el espejo.

-Más me vale guardar hoy la compostura…-

Salí de allí y me fui a mi habitación. Subí las escaleras, entré por el aseo hasta el cuarto de los trajes para coger algo de ropa, me fui al aseo y me duché. Agua fría, por favor. Estube un rato allí debajo del grifo recordando cada escena de aquel sueño, cuando me di cuenta el agua que caía ya parecía ser de la misma temperatura.

-Vamos, cálmate, maldita zorra… No puedes hacer eso con un demonio, hay una regla no escrita en tu conciencia que lo dice…-

En mi subconsciente se dibujó la frase: “De todas maneras no vas a ir al cielo…” Mi subconsciente me odiaba. 

Salí de la ducha para evitar seguir pensando en eso, me vestí y bajé al salón… Mi… mejor sueño o mi peor pesadilla, estaba allí esperándome; supongo.

-Buenos días señorita, hoy se ha levantado más pronto de lo normal ¿Un mal sueño?- La mirada de odio que le envié podría haberlo descuartizado lentamente hasta desangrarse y después sus restos deberían limpiar esa sangre. En otras palabras, no le contesté.

-¿Qué me vas a hacer para desayunar?

-Lo que deseé…- ¡JODER! ¿Por qué todo esa mañana me sonaba a pervertido? Me quedé quieta en el pasillo y simplemente le contesté.

-Unas tostadas con tomate… ¿Queda zumo?

-Poco, mañana mientras usted ensaya me pasaré por el supermercado a comprar.

-Está bien…

Encendí la tele para ver algo interesante, dejé el documental que hacían en la cadena nacional, esa que siempre hace documentales, esta vez era sobre ciencia, funcionamiento dentro del cuerpo, las neuronas, como reciben y envían información y un repaso a las células y demás.

Me senté en la mesa y esperé a mis tostadas y mi zumo. Una media hora después, subí a mi habitación y continué dibujando. Diez de los once que tenía estaban acabados, el problema iba  ser el de la foto de “Sebastian sexy.” Lo bauticé así. Debía eliminar el contrato y además evitar que se apreciara en la fotografía. Cosa básicamente imposible. 

Estuve mucho tiempo haciendo el boceto y sobre todo el fondo. A pesar de ser un marco de puerta y una pared, quería que fuera totalmente realista e idéntico a la foto. Oí que Sebastian subía y entraba a mi habitación, al aseo, se paseó bastante por la planta de arriba a excepción de la sala dónde yo estaba.

-Pronto estará la comida, señorita.

Me había olvidado de la hora de comer, estaba tan concentrada en el dibujo que me había olvidado de todo lo demás. Cuando pronunció la palabra “comida” oí a mis tripas llorar de felicidad de poder digerir algo pronto.

Después de comer aparqué el dibujo y me senté delante del ordenador. Abrí las redes sociales y actualicé mis estados y de paso dejé comentarios para dar constancia de que seguía viva. Estuve unas cuantas horas actualizando páginas y blogs en los que me gustaba ir contando un poco lo que hacía en mis ratos libres y cómo me organizaba el tiempo.

Me bajé el ordenador al salón. La verdad me sorprendí de los muchos comentarios que había recibido desde la semana anterior y me dediqué a contestarlos además de actualizar. La presencia de Sebastian detrás del sofá se hacía notar. Sonreía y leía todo lo que aparecía en la pantalla y de paso iba corrigiéndome. Parecía una costumbre suya que había desarrollado en los últimos años.

-¿Quieres hacer algo esta tarde, dar una vuelta o algo?- le pregunté mientras descansaba la vista apoyándome en el respaldo y cabecera del sofá, mirándolo desde abajo, curiosa. Por alguna razón sentía que estaba preocupado o que su mente se había ido a otra realidad. Pensé que salir y cambiar de aires nos vendría bien a ambos.

-Dijo que quería ir al cine, ¿no es así?- Me sonrió mientras se acomodaba apoyando ambos brazos en el sofá, cruzados, mientras me miraba con aquella mirada felina.

-Sí… - aquella mirada con la que también me había mirado en el sueño me hizo desviar la mirada y buscar la cartelera del cine en internet.- ¿Estás preocupado por lo que pasó anoche?-Era por lo único por lo que se me ocurría que pudiera estar tan distante de mí. Normalmente me avisaba de lo que iba haciendo, pero no me dirigió la palabra más que para decirme que la comida estaba lista y el desayuno.

-Ese demonio me era familiar. No puedo asegurar quien es, pero desde luego le conozco.

-De todas maneras… No pasó nada grave… - La herida que me hizo estaba curándose progresivamente bien.

Silencio.

-Si te apetece o no hacer algo, sólo dilo… - Le dije de nuevo viendo que aquel tema le preocupaba.

-Está bien, señorita, iré dónde usted quiera.

Fuimos al cine, a cenar; “cenar”. Pedimos comida de más, pero evidentemente él apenas comió nada. La comida actual no le agradaba, ya de porsí la comida humana no le gustaba demasiado y decía que ahora no había “comida” sino “Productos de laboratorio con algo de comida real”

Tuve que reírme con aquella afirmación. Realmente tenía razón. Aquella tarde noche fue bastante divertida; la película estaba bastante bien, la cena fue graciosa y la vuelta a casa en el coche fue extraña.

-Mañana tengo ensayo por la tarde, recuérdame que le diga lo de la exposición antes de irme, no sé si tendré la cabeza para acordarme…

-¿Los nervios de la última semana?

-Supongo, después del mes y medio de representaciones me darán un mesecito de vacaciones, y en Septiembre volveremos con una nueva obra.

-¿Qué va a hacer para su cumpleaños?-Aquella pregunta me dejó K.O. Mi cumpleaños sería dentro de dos semanas. No tenía ganas de hacer una fiesta.- Debería ir pensando en sentar la cabeza con alguien…

-Claro… ¿Por qué no? ¿Y Qué le diré al muchacho? “No tranquilo es mi manager, mi cocinero, mi niñera y vive conmigo en casa, pero tranquilo no he hecho ‘esas cosas’ con él…”

-Supongo que visto así sería un problema…

Estuvo hablando de eso hasta llegar a casa, de echo mientras entraba seguía hablando de lo mismo.

-Imagínese vestida de novia, aunque no me apetezca entrar en una iglesia, sólo por verla así me arriesgaría.

-¿Quién te ha dicho que me vaya a casar por la iglesia?- le dije ya algo molesta por el tema.

-Nadie sabe que tiene un trato con un demonio pude casarse dónde guste.

-Ya te dije que no me simpatizo con la iglesia y la religión… Es un poco prepotente casarme por la iglesia aunque sea por que quede bonito para una revista…

-Es cierto la prensa, ya la estoy viendo en un traje blanco roto y un ramo en tonos azules y blancos que contrasten con el verde de los tallos…- Bienvenido a Yupilandia. Sebastian se había ido al mundo de yupi. Me lo quedé mirando molesta y desquiciada. Aquel sueño me atacó y en un intento por huir, sólo se hizo más fuerte. Subí las escaleras intentando huir de la luna de miel que Sebastian estaba preparándome cuando le pedí que callara de forma violenta.

-Lo siento si le he molestado señorita, era sólo una broma.

-Déjalo ya… - Me sentía extraña; por una parte estaba aquel sueño y aquellos sentimientos que se habían hecho más fuertes, por otra el hecho que intentara emparejarme me sulfuraba, ¿qué le había dado ahora con mi boda o qué tuviera una relación con alguien?

-¿Se encuentra bien?- se acercó y me puso la mano en la frente. Su voz sonaba muy suave y relajante, y apoyada en la pared con mi mano derecha en la cabeza lo miré. Me tomó la temperatura y me sostuvo con una mano en la cadera.- Parece que está caliente…

Y tanto que lo estaba. Su sola presencia después de aquel sueño y aquella noche ya era suficiente. Me apoyé en su tronco intentando alejarlo de mí. Pero no tenía fuerzas para nada, su mirada estaba muy fija en mí, estudiándome, mirándome. ¿Qué podía ver él con aquellos ojos, mi alma?

Mi cuerpo se movió solo, sentía que una gran fuerza me arrastraba, me invadía y me acercaba a él, a sus labios. Mis manos subieron posándose y rodeando su rostro, intercalándose con mechones de pelo de Sebastian. No solo me conformé con besarle; estudiaba su lengua. Mis manos bajaron y desabrocharon a tientas el chaleco negro que llevaba, desabrocharon la camisa blanca y empecé a palpar su cuerpo. Me separé para mirarlo y coger aire lentamente…

¿¡QUÉ COÑO ESTABA HACIENDO!? Su cara reflejaba duda y curiosidad, intenté atravesar a pared y deseé que la tierra me tragara, ¿en qué estaba pensando? ¿Que había pasado? Me tapé la boca en un acto reflejo y me fui directa a mi habitación cerrando la puerta con un golpe seco. 

2 comentarios:

  1. Muahahahaha, excelente (pose Sr.Burns)

    Buena corrección, pero te has comido un par de interrogantes (¿en qué estaba pensando? ¿qué había pasado?)al final y una a- (apareció) al principio.
    Por lo demás, Kawai!!!! XD

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  2. OMG! vale lo de las interrogaciones ha sido un fallo xD Creo que iba a poner una coma, pero creo que es mejor separarlas xD

    No encuentro el "pareció" sin a... Bueno he corregido una bauticé sin acento xDD

    Gracias por el coment!! *.*

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